Los precios de la inmobiliaria habían estado subiendo en España, generalmente, y en Barcelona y Madrid, particularmente, desde 2014 gracias a la mejor situación de la economía de España que había estado mejorando y la muy baja tasa de interés que ha estado en su mínimo nivel en la historia de la Unión Europea.
Durante esta época los españoles tenían más dinero para gastar en casas — para alquilar o comprar — en barrios que son más lujosos; e inversionistas, extranjeros o locales, que habían buscado activos con retorno de la inversión mejor que los que podían encontrar en sus países por otros activos como en acciones, bonos; por eso decidían comprar casas en Barcelona y en Madrid para alquilarlas.
De hecho, según el gráfico aquí, la tasa de aumento en Barcelona continuaba progresando hasta 2017 T2, mientras el pico de tasa de aumento en Madrid era solo en 2018 T2. Durante 2014-2018 los precios habían subido al máximo y alcanzaron los niveles de 2007 – antes del choque de la inmobiliaria en España.
Sin embargo, en los últimos dos años la situación se ha vuelto un poco peor y no solo la tasa de aumento cayó en las dos ciudades más importantes en España, sino en Barcelona los precios han estado bajando desde el primer trimestre de 2019.
Hay muchas razones por el ablandamiento del mercado incluyen el deterioro de la economía– no solo en España, sino también en toda Europa – por esta razón la demanda para comprar y vivir en las casas en estas ciudades ha debilitado. Para los inversionistas no vale la pena como en el pasado comprar casas porque los precios en estas ciudades subieron mucho en los últimos años y ha reducido el retorno de la inversión de inmobiliarias. Y por fin, en los últimos años han construido mucho en estas ciudades. Por eso, hay mucho más suministro de casas que había sido en el pasado.
Pero no todo está mal. El banco central de Europa tiene planes de bajar la tasa de interés en los próximos meses. Con este estímulo monetario, es posible que la disminución de los precios de casas vaya a parar en España y el mercado de inmobiliarias tenga un “aterrizaje suave”.
